A lo largo de la historia se han desarrollado múltiples fármacos eficaces para prevenir y tratar las infecciones causadas por bacterias, hongos, parásitos y virus, estos fármacos se han denominado medicamentos antiinfecciosos (contra las infecciones). Los antibióticos pertenecen a este grupo de fármacos antiinfecciosos que actúan contra las bacterias cuyo objetivo es detener su crecimiento y lograr su muerte, por lo tanto, son medicamentos de elección en infecciones causadas por bacterias, no tienen acción sobre virus, hongos.
Con el crecimiento del mercado libre y no controlado de dispensación de fármacos se tiene acceso libre a los antibióticos, los cuales son automedicados, recetados por farmacéuticos sin prescripción médica e incluso profesionales médicos sin criterio ni justificación adecuada.
Su uso excesivo y empírico (experimental) tiene como resultado la selección de patógenos resistentes, desarrollando resistencia antimicrobiana como efecto de dosis inadecuadas (bajas dosis), tiempos de tratamiento inadecuados (no concluyen tratamiento por los días indicados o exceden el tiempo del uso de antibióticos), o simplemente la indicación no justificada de su uso.
Los antibióticos tienen un rol complejo en el organismo del ser humano debido a que dependen de varios factores conocidos en medicina como farmacocinética y farmacodinamia. Por lo tanto, la indicación de un antibiótico debe tomar en cuenta varias características: El sitio de infección (No es lo mismo una neumonía que una infección de piel y tejidos blandos).
Aspectos a considerar
Las características de la bacteria posible o probable que está causando la enfermedad (No es lo mismo una bacteria resistente que una bacteria con múltiples opciones de tratamiento antibiótico).
Las características del antibiótico propiamente dicho (Ej. Es mejor darlo por vía oral o intravenosa, porque seleccionar una vía de administración sobre la otra, que efectos secundarios tóxicos tiene el antibiótico, etc.).
Características del individuo (No es lo mismo un individuo que necesita estar hospitalizado que otro que puede seguir tratamiento en domicilio).
Identificación microbiológica
Identificar al microorganismo causante de la infección o tratar de acuerdo al posible germen implicado en la infección con el objetivo de lograr éxito terapéutico (tomar muestras del sitio de infección antes de iniciar el tratamiento antibiótico).
Por lo tanto, antes de usar un antibiótico se deben plantear muchas preguntas como: ¿realmente se necesita?, si se necesita ¿por cuánto tiempo realmente se lo debe indicar? ¿Se puede suspender el tiempo del tratamiento antes de concluir con la indicación médica, esto afectará en algo? .
Todos estos aspectos son muy importantes ya que el uso indiscriminado de antibióticos nos ha llevado a un incremento de la resistencia antimicrobiana y sin opciones de tratamiento frente a estas bacterias resistentes afectando la recuperación, prolongando la estancia hospitalaria y como causa de muerte preocupante en los hospitales.
A pesar de esta lucha se están desarrollando nuevos antibióticos cuyo proceso lleva alrededor de 10 años y mientras tanto perdemos la lucha contra las bacterias muriendo pacientes por no tener simplemente más opciones de fármacos disponibles, además de incrementar los costos adicionales por más días de internación y el acceso a estos antibióticos de última generación.
Entonces realmente tomar un antibiótico no es un juego conlleva gran responsabilidad, su indicación debe ser dada por personal médico capacitado.
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